miércoles, 3 de septiembre de 2008

Inflación a Marzo

Históricamente, el problema siempre estuvo presente. En algunos momentos más, en otros olvidada, la inflación parece ser endémica en Argentina. Sin embargo, ha sido motivo de controversias y desde el primer gobierno peronista (algún historiador podrá corregirme si me equivoco) una constante. ¿Estamos condenados a vivir con inflación? ¿Es malo tenerla? La experiencia histórica nos dice que sí, y es por ello que las expectativas inflacionarias pueden ser más altas. No obstante estaríamos siendo miopes…
En primer lugar, resulta necesario definir el concepto. Generalmente no se utilizan largas definiciones para ello. Simplemente es posible decir que se entiende por inflación a un alza generalizada de los precios de bienes, servicios y factores productivos durante un período prolongado de tiempo y en una región determinada. En Argentina, para medirla se utiliza un índice llamado Laspeyres que en los países desarrollados ha dejado de tener vigencia debido a sus debilidades metodológicas. Algunas de ellas: estadísticamente es un índice sesgado (al ser un promedio aritmético, alzas importantes en pocos productos de escasa utilización podrían distorsionar el resultado); supone que los consumidores no reaccionan frente a las modificaciones en los precios; supone la no existía el efecto sustitución; sobreestima el nivel de inflación. Actualmente lo que creemos que es inflación es la medición del IPC (índice de precios al consumidor): lamento decirles que tampoco es del todo correcta dicha afirmación. El ICV (índice de costo de vida) es el verdadero termómetro de la inflación, que está asociado a la utilidad de cada consumidor (concepto de preferencias a la hora de consumir). Igualmente, debido a la complejidad metodológica para efectuar dichas mediciones, diremos que el IPC es un adecuado índice que nos aproxima bastante bien a la realidad. Hoy por hoy, (es el cambio que entre otros propone EE.UU.) se sugiere adoptar el Índice Fisher, un promedio geométrico, y se lo denomina IP ideal (matemática y económicamente supera todas las pruebas de rigor para demostrar su efectividad, aquí deberán creerme, sino no la lectura se dificultaría bastante). No puedo extenderme sobre las cuestiones metodológicas pero las últimas modificaciones introducidas por los Fernández y Moreno han sido pésimas.
No es mi objeto aburrirlos, claro está. Supongo que algunos ya han dejado de leer esto, pero para los masoquistas, me gustaría ahora adentrarme en la cuestión principal. Pese a ello, consideré necesaria dicha aclaración para que nos ponga en contexto.
¿Por qué parecemos tan atemorizados por la inflación? Hay varios enfoques para un mismo país.
La inflación quita el poder adquisitivo a los salarios, aumenta los precios de bienes y servicios y sube los costos de producción (se puede leer como un circulo vicioso). Quienes primero caen son los sectores con menos recursos económicos, cruzando la línea de pobreza (dirección norte-sur) y pudiendo acceder cada vez a menos prestaciones básicas que le permitan, al menos, realizar sus actividades mínimas de subsistencia. La clase media a la vez, tiene menos poder de consumo (enfatizo aquí por su carácter consumista) y en efecto, la riqueza se redistribuye. Si alguien debe gastar menos, es porque evidentemente alguien puede gastar más (un detractor del perverso dixit). A la vez, económicamente, se acelera el consumo. Pensemos intuitivamente: si yo se que un par de zapatillas hoy cuesta $100.- y mañana $150.- y necesito tenerlas, ¿qué hago? Las decisiones de consumo presente y futuro cambian en estos contextos. Ahora, un aumento de la demanda, ¿no lleva a un aumento de precios? En algunas circunstancias más, en otras menos, esta ley puede no ser cierta a posteriori debido a la estructura de cada mercado, pero en Argentina, yo la considero demasiado válida. Cualquier momento es bueno para maximizar beneficios aquí.
Por otro lado, refleja inestabilidad económica. En un mundo donde todos miran hacia todos lados a la hora de colocar sus capitales, donde los riesgos económicos son muchos y no simplemente por la crisis de las “subprimes” en EE.UU., la estabilidad financiera-económica es importantísima. La necesidad de seguridad se hace fundamental ya que permite la prevención, predicción y proyección a más largo plazo.
No puedo extenderme mucho sobre esto, realmente merecería un mejor análisis. Pero “sólo por hoy” voy a tomar el camino más corto. ¿Por qué entonces un gobierno puede querer distorsionar los índices?
Aquí hay varias causas. En primer lugar, como ya explicité, la inflación marca quién entra y quién sale de la pobreza (en términos estadísticos al menos). Obviamente ningún gobierno quiere ver aumentar estos porcentajes. A su vez, los salarios reales caen y es necesario renegociarlos. Este factor es importante, muchas veces a través de estos indicadores se observa el desempeño económico de un país a través del tiempo. Una variable Proxy para estimarla serían las paritarias: a mayor inflación mayor es su frecuencia. En segundo término, actualmente la Argentina ha emitido bonos ajustados por la inflación. Es decir, para que sean más atractivos a los acreedores y no queden desfasados de su valor de compra, existe un coeficiente que ajusta su precio y pago de intereses. Luego, si estos bonos están por doquier (me refiero a que se ha inundado el mercado) y los índices inflacionarios son elevados, las cuentas fiscales sufren duros reveses para afrontar estos vencimientos. Por otra parte, el aumento de la recaudación impositiva, esos record que dicen batir desde la Casa Rosada, estarían siendo malinterpretados pues, si la recaudación aumenta en un 15% y mi inflación es del 30%, hay algo que no me cierra…, es más, diría que el poder adquisitivo, el poder de pago, el poder del gasto estaría decayendo importantemente. En otras palabras, la ecuación es simple. Pensemos en la alícuota de IVA: lamentablemente 21%. Año 2003, compro una gaseosa y pago $1, 21ctvs al fisco, 79 cts. para el vendedor. Año 2008, la misma gaseosa a $2, 42 cts. al fisco, $1, 58 al vendedor. El fisco duplicó su recaudación.
Conclusión, los efectos inflacionarios implican pujas distributivas (prometo extenderme en otro posteo sobre ello y algunas cosas que quedaron pendientes). Los gremios, los empresarios y los trabajadores luchan por no perder territorio en el ámbito salarial y por mantener sus intereses intactos pese a los avatares de la economía. Los empresarios de ninguna manera quieren ver achicarse sus beneficios extraordinarios y los trabajadores ven como su salario real se empobrece. Sin embargo, la inflación es un fenómeno que se da en gran parte porque todos somos sus creadores. Las expectativas inflacionarias existen, nosotros en tanto personas que vivimos realizando transacciones decidimos compras o ventas pensando en la inflación y por ende la recreamos. Por ello, no todo lo que nos digan es real, es más fácil tener la percepción en la medida que la inflación nos golpea que leer un número del gobierno en un periódico. Es sabido que la inflación del mes de julio no fue del 0,6%, y mucho menos creer que cierra el año al 11%. Actualmente, los registros privados de diversas consultoras y estimaciones concuerdan entre el 25% y 30%. Yo adhiero a ello, más después de escuchar a profesores míos de seria y destacada performance académica quejarse por las injusticias de INDEC (algunos trabajan o hacen lo que pueden en el organismo).
Por último debo aclarar una cosa: estamos ante un proceso inflacionario interno y otro externo. Los precios de las materias primas están subiendo, entonces resulta lógico que los productos de las manufacturas aumenten. Pero de ninguna manera alcanza estos niveles. Por otro, la interna a mi juicio no se debe ni a la teoría cuantitativa del dinero ni a las leyes de mercado Walrasianas, sino a pujas distributivas y problemas institucionales existentes y sin siquiera querer ser resueltos. Una vez más la economía no es sin la política, una vez más, parece que nos quieren ocultar algo… ¿será que no estamos creciendo al 8%?

Cordiales saludos
M.

P.D.: habrá otros artículos de inflación en estos meses sucesivos.

7 comentarios:

EDUKANDOS dijo...

M.
Creo que es excelente tu análisis. Sin embargo creo que nosotros pecamos de ignorancia sobre algunas cuestiones que das por sentadas y que nosotros desconocemos (llámense, teoría cuantitativa del dinero o leyes walrasanianas o cómo se llamen). Creo que el análisis es inteligente desentrañando cuestiones que no se explican y que terminamos desconociendo. A pesar de tu éxito (en la explicación) me sigo preguntando que sujeto piensa la ciencia económica, que sujeto compra hoy una zapatilla que mañana va a estar más cara. Muchas veces la economía no es el cálculo de lo racional ante todo, sino que entran otras cuestiones atrás, muchas de las cuáles seguro influyen en la inflación (por ejemplo, las expectativas de compra o de venta). Desde luego que es un tema mucho más hondo y que merece otro tratamiento que un simple comentario. Reitero, excelente el post.
saludos cordiales
B.

EDUKANDOS dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Josephine dijo...

En cuanto al comentario de "B", creo que es algo utópico de tu parte en cierto sentido creer que en algún punto la gente tenga que saber sobre leyes o teorías de la ciencia que sea. Creo que el ser conciente de lo que pasa con nuestro capital nacional, tiene que ser producto de una sociedad más "avizpada"y que sepa darle una segunda lectura a las cosas que les dicen los agentes públicos (léase gobierno, medios, opinólogos).
En fin, mi chapeau al autor, artículo digno de economista. Sé que hay mucho para ampliar sobre este tema, pero creo que gran parte de este problema que ya no solo es económico, sino global; se debe en gran parte a la ineptitud de las personas a cargo del manejo de este tipo de cuestiones. Que ya ni siquiera "deja que desear" sino que es alevosa y tristisimamente equivocada. Y todo esto sucede, mientras el gobierno (comenzando por CFK) se llena la boca de términos meliorativos para hacer gala de sus pseudopolíticas de gobierno.

En fin, no logro dejar de amargarme cada vez que hablo de estos temas.

Buena suerte y hasta luego.

EDUKANDOS dijo...

Por si se malinterpretó, en ningún momento referí a que la gente debe conocer o saber sobre leyes de la ciencia económica. Sólo pregunté qué se hace referencia con la teoría cuantitativa del dinero y con las leyes walrasianas. Tengo una formación en economía básica pero esas cuestiones no las he visto y me hubiese gustado que no se tomaran por supuestas. Respecto a lo segundo, la necesidad de una sociedad "avizpada", coincido plenamente con vos en que es de gran importancia que la sociedad se pregunte sobre su economía y sea crítica (en sentido positivo) del camino que se toma o se podría tomar. Sin embargo considero poco feliz tu expresión de "avizpar" (aunque va con "s" según drae.rae.es)puesto que no se trata de despertar o avivar (en sentido criollo o típico del lunfardo) sino de educar. Ahora, cabe la pregunta, ¿hasta que punto esto es posible?. Ahí están mis grandes dudas, aunque soy un útopico y considero que eso tiene que pasar, me pregunto hasta que punto la misma sociedad recrea como dice M. el mismo círculo vicioso. No tomemos a la sociedad como algo estático, no la despertemos de un sueño que nunca tuvo, sólo démosle las herramientas para indagar sobre el presente y permitirse plantear un futuro. Otra pregunta que merece hacerse: ¿qué sectores de la sociedad pueden responder a este llamamiento, a esa propuesta de educarse para la crítica?. Yo desearía que fueran todos.

B.

Josephine dijo...

Bueno mi antes querido y estimado amigo (ahora bajo el seudónimo de "B"):

creo que si tanto te interesa aclarar cuestiones ortográficas ( que no han sido fehacientemente verificadas aún), deberías prima fascie, revisar tu estructura gramatical a la hora de la escritura, ya que de plano, si no cometieras errores de redacción, nadie "malinterpretaría" (según palabras del apelante/replicante que general mi respuesta) tus dichos.

Notifíquese, comuníquese, archívese.


PD: aclaro que no me simpatiza para nada esta especie de polémica muy farandulera, pero es a pedido del replicante.

joaquín c. dijo...

B: la economía es patafísica pura
josephine: mi análisis de su discurso me dice que estudia derecho, que sabe francés y que al menos escucha calamaro
B: mal caballero mirando la paja en el ojo ajeno
josephine: una feminista!
es muy chistoso el espacio de rialización de estos post

yo por mi parte felicito a M. porque escribe bien y su exposición es sencilla o comprensible

por mi parte, solo puedo agregar algo que digo siempre y que repetía un ocnocido mío llamado adolfito: los judíos tiene el capital!
y hasta ellos mismos lo escriben!

Solange dijo...

Hola B. Siempre dije que iba a dejarte una opinión pero la facu me tenía bastante ocupada.
Aprovecho el análisis de inflación que hizo M., el cual considero muy claro, para dejarte el prometido comentario. Difiero contigo cuando decís que M. da por sentada ciertas cuestiones; considero que quienes lean ésta clase de artículos, es porque están interesados en el tema, entonces entienden de qué estamos hablando.
Ahora bien, mi opinión es muy personal y pueden diferir cuantos quieran.
Considero que el problema que enfrenta éste gobierno es el riesgo a que se dispare la inflación lo que podría terminar con las ventajas del tipo de cambio real. Si tenemos en cuenta algunas estadísticas, bien se sabe que en los últimos 10 años las importaciones pasaron de 5000 a 25000 millones de dólares siendo una parte importante en insumos de producción, demostrándonos cuán importante son las devaluaciones. Sin embargo, el problema se genera porque los precios no aumentan por causas del tipo de cambio sino por, considero yo, la "extranjerización" producida por el modelos de gobiernos anteriores.
Como bien M. aclara en su análisis, la definición de nuestra palabra en cuestión nos dice que es el crecimiento generalizado y continuo de los precios de los bienes y servicios existentes en una economía; volviendo al punto anterior,(el actuar de éste gobierno y los modelos anteriores) y teniendo en cuenta la definición, yo creo que en Argentina, cada vez que se mencina la palabra inflación surge pánico en la gente, lógico no es para menos, dadas las experiencias de hiperinflación; entonces llego a mi conclusión: los años nos demuestran que no hay una solución rápida a este "proceso de continuidad". A la hora de poner fin a tal etapa, hay factores que son bastante costosos: la REALIDAD, la GENTE y sus EXPECTATIVAS. ¿Quién lucha contra ellas?

Hasta pronto